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Ciberseguridad. El 13 de enero, David Lipton -Subdirector Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI)-, afirmó que las amenazas a la seguridad cibernética exigen una respuesta mundial coordinada. El economista estadounidense también señala que “enfrentarse a una amenaza global con recursos locales no será suficiente”, por lo que “los países necesitan hacer más para coordinar sus esfuerzos”. Ante este escenario, la propuesta del FMI es comprender mejor los riesgos existentes y mejorar los esquemas de colaboración en la materia para alcanzar enfoques regulatorios más coherentes a nivel internacional.
El FMI señala que el sector privado ofrece muchos buenos ejemplos de cooperación a tomar en cuenta, así como también el rol que desempeñan organismos internacionales como el Grupo de Ciber Expertos del G7 y el Comité de Basilea. Lipton señala que en estos espacios se “está creando conciencia e identificando prácticas sólidas para los supervisores del sector financiero”. Desde el FMI se indican cuatro áreas en las que la comunidad internacional puede unirse para impulsar el trabajo de nivel nacional:
- Obtener más datos sobre el origen de las amenazas, su naturaleza y la forma cómo pueden afectar a la estabilidad financiera.
- Mejorar el intercambio de información entre los sectores público y privado al reducir barreras que impiden a los bancos informar problemas a sus supervisores.
- Reducir las inconsistencias en materia de estándares, regulaciones y terminología entre los países para lograr una mayor comunicación.
- Generar protocolos de respuesta ante ciber-crisis a nivel nacional y transfronterizo, para poder responder así como también recuperar las operaciones lo antes posible.
Lipton subraya que un ciberataque puede provenir de cualquier lugar del mundo, o de muchos lugares a la vez, por lo que “los protocolos de respuesta a la crisis deben ser articulados dentro de las regiones y a nivel mundial”. A su vez, estos escenarios suponen para el director de la entidad un desafío que requiere atención internacional en los países pequeños o en desarrollo, ya que estos dependen de los servicios financieros provistos por los bancos mundiales para la conexión financiera. “El desarrollo de protocolos de respuesta transfronterizos ayudará a los países a comprender sus respectivos papeles en una crisis y a garantizar una respuesta coordinada en caso de crisis”, concluyó Lipton.
Próximos pasos
Desde el FMI destacan el trabajo realizado por los países del G7 para colaborar en materia de ciberseguridad y sugieren que este esfuerzo debe ampliarse a todos y cada uno de los países. Se espera que esta organización financiera internacional lleve estas preocupaciones a los países en desarrollo con mercados emergentes, considerando que cualquier lugar es un buen punto de partida para un ataque cibernético y que las economías avanzadas buscan compartir información, coordinar acciones y crear nuevas capacidades de respuesta en otras naciones. Según esta entidad, el objetivo a futuro es aprovechar las nuevas tecnologías para desarrollar los mercados y ampliar la inclusión financiera, al mismo tiempo que se conocen mejor los riesgos a los que está expuesto el sistema financiero y se mejora en materia de coherencia regulatoria para que los esquemas de colaboración permitan garantizar la seguridad de las tecnologías de la información y las comunicaciones.