El 9 de abril México ingresó al Fondo Rotatorio de Vacunas y el Fondo de Medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su incorporación fue presentada en una ceremonia en el Palacio Nacional en la que estuvieron presentes el presidente mexicano Andrés López Obrador (AMLO), la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Michelle Bachelet) y representantes de 22 países. Esta incorporación, según el referente de la OMS Cristián Morales, servirá para que México entre a procesos de compra consolidada de medicamentos y vacunas a precios bajos.

El convenio firmado entre el secretario de Salud Jorge Alcocer y la directora general de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) Carissa F. Etienne avala la adquisición de los medicamentos e insumos en países extrarregionales. OPS es un facilitador que actúa como proveedor de medicinas fabricadas a bajo costo en países como China, India, Rusia, Singapur, Malasia, Bangladesh y Turquía, entre otros. Además, este acuerdo posee 15 cláusulas que delinean los objetivos y reglas a las que México deberá sujetarse para la compra de estos productos sanitarios.

El gobierno de AMLO deberá pagarle a la OMS en dólares (sólo excepcionalmente podrá hacerlo en moneda nacional), la entrega de insumos será trimestral, los bienes presentarán un etiquetado distinto al establecido en la norma mexicana, y deberán coordinarse compromisos de pago y entrega. También existirán restricciones para comercializar los fármacos y vacunas, reglas para respetar patentes, auditorías periódicas y la posibilidad de que se sumen otras instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud. Entre otras cosas, la adhesión a este sistema podría ser un problema para la ratificación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y obligará a México a modificar la Ley de Adquisiciones -que regula las compras realizadas por el sector público.