El oficialismo cuenta con los votos necesarios para aprobar la Reforma al Consejo de la Magistratura, el próximo miércoles en el Senado. La iniciativa, que había causado revuelo por su votación en Diputados, se encuentra a un paso de convertirse en ley. Los senadores opositores denunciarán en sus discursos que la ley fue aprobada de manera fraudulenta en Diputados. Pero, ¿qué pasó en esa votación?
El pasado 25 de abril, durante una maratónica sesión, los diputados nacionales votaron el proyecto que reforma al Consejo de la Magistratura. La sesión fue tan larga como tensa, ya que por más de 18 horas, oficialismo y oposición se cruzaron dardos en torno a la reforma judicial.
Entrada la madrugada, el cansancio de los diputados dio lugar al alboroto, cuando el presidente del bloque oficialista, Agustín Rossi (FPV-Santa Fe) pidió que el proyecto se vote en su conjunto, y no artículo como artículo, tal como entendía la oposición que había que hacerlo.
Sin embargo, el momento más tenso de la noche se vivió cuando, al momento de votar el segundo artículo de la iniciativa oficial, el tablero electrónico marcó 128 votos a favor, uno menos de los necesarios para su aprobación.
Las bancadas opositoras estallaron en júbilo, mientras un sobrepasado Julián Domínguez advertía que dos votos habían sido mal registrados por el sistema. El artículo se dio por aprobado, y la oposición se retiró, indignada, al grito de “fraude”.
En medio del festejo opositor, Juan Carlos Forconi (FPV-PJ-Santa Fe), y especialmente, Alicia Comelli (MPN-Neuquén), ni bien advirtieron el resultado arrojado en el tablero, aclararon que su voto había sido positivo.
“No me tomó el voto”, fue la queja instantánea de Comelli. Lo que es habitual en el Congreso, la aclaración de la voluntad del legislador tras una votación, inauguró un escándalo.
“En ningún momento pedí autorización para abstenerme”, fue otro de los argumentos que dio Comelli para explicar que su voto había sido positivo. Y es que según el artículo 196 del reglamento de la Cámara, “Ningún diputado podrá dejar de votar sin permiso de la Cámara”, algo que Comelli no requirió previo a la votación.
La relevancia política de esta votación se evidenció cuando el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, anunció que haría uso de su derecho a voto, algo que Patricia Bullrich (Unión por Todos) protestó.
Más allá de la queja de la diputada porteña, lo cierto es que el artículo 41 del reglamento de la Cámara, permite al presidente votar “en todos los asuntos respecto de los cuales la Constitución Nacional exige mayoría absoluta o especial”, tal como era el caso.
Con la retirada de la oposición, y 130 votos positivos asegurados, el oficialismo aprobó sin inconvenientes, y dentro de las normas, los tres proyectos de la reforma judicial. Dos de ellos –el que regula las cautelares y el que crea tres nuevas Cámaras de Casación-se convirtieron en ley. El más polémico, que reforma al Consejo de la Magistratura, sufrió modificaciones, por lo que volverá al Senado. Allí, el oficialismo no tendrá inconvenientes en sancionar la iniciativa de manera definitiva.
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