Alertas – Directorio Legislativo

En el marco de una puja política cuyo fin todavía no se avizora, el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, ha jugado la carta de la diplomacia como una estrategia clave para la legitimación interna y externa de su reclamo por la presidencia. En este número analizamos cómo se está estructurando esa estrategia, en el contexto de ruptura de las relaciones diplomáticas del estado venezolano y de cierre de embajadas.

Visita a países de la región. A poco menos de un mes de su autoproclamación como presidente interino, Guaidó realizó una gira por Colombia, Brasil, Paraguay, Argentina, Chile y Ecuador, donde se reunió con los jefes de Estado y buscó su apoyo político y económico. El encuentro más importante que tuvo lugar hasta el momento no fue, sin embargo, protagonizado por Guaidó sino por su esposa, Fabiana Rosales. Hablamos de la reunión con el Presidente de Estados Unidos Donald Trump en Washington D.C. el pasado 27 de marzo.
Nombramiento de representantes diplomáticos. Juan Guaidó también ha buscado consolidar los vínculos internacionales a través de la designación de embajadores. Hasta el momento, son doce los países de la región que han aceptado a sus representantes diplomáticos: Colombia, Estados Unidos, Honduras, Panamá, Perú, Ecuador, Argentina, Canadá, Brasil, Chile y Costa Rica. También la Organización de Estados Americanos aceptó al delegado designado por Guaidó. Algunos de estos representantes han mantenido reuniones con jefes de Estado, mientras que en Estados Unidos, se han realizado gestiones políticas con el Departamento de Estado para subsanar la falta de servicios consulares.
Participación en la OEA. El 27 de abril el Estado venezolano encabezado por Nicolás Maduro formalizó su salida de la OEA, tras haber transcurrido los 24 meses reglamentarios de la presentación de la carta de retiro. Sin embargo, la aceptación por parte de la Asamblea del embajador designado por Guaidó, Gustavo Tarre, ocurrida el 9 de abril por 18 votos a favor, 9 en contra y 6 abstenciones, permitirá que el país sostenga su representación en el organismo regional.
Aprobación de tratados internacionales. La reincorporación de Venezuela en el escenario regional también se materializa en el rol que busca mantener la Asamblea Nacional en lo referente a la aprobación de tratados internacionales. En particular se destacan el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que establece la cooperación diplomática y militar de los países del continente frente a agresiones intra y extra-regionales, y la Convención Americana sobre Derechos Humanos que, entre otras cosas, reconoce la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Venezuela se había retirado de ambos tratados durante la administración de Nicolás Maduro en 2013.
Reconocimiento de organismos multilaterales de crédito. Guaidó ha buscado también el reconocimiento de los organismos de crédito. Recordemos que una de las prioridades enunciadas en el Plan País es el acceso a la banca multilateral, con la perspectiva de acceder a un programa de ayuda internacional de entre USD 60 a 80.000 millones en un plazo de cinco años. En marzo, el Banco Interamericano de Desarrollo fue el primer organismo en reconocer a un enviado de Guaidó. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han mantenido posiciones más cautas.
Presentación internacional del plan de gobierno “Plan País”. Los representantes diplomáticos designados por Guaidó comenzaron a presentar en el mes de abril su plan de gobierno en distintos países y organismos, y ante distintas audiencias, con el objetivo de reunir apoyos y financiamiento tanto multilateral como privado para llevar adelante las líneas de acción propuestas en un eventual nuevo gobierno. También se nombró a un coordinador internacional del Plan País.

A través de estas estrategias, se ha buscado legitimar el reclamo de Juan Guaidó y tejer una red de alianzas externas que permitan asegurar de antemano el sustento político y económico que requerirá un eventual nuevo gobierno. No obstante, pese al reconocimiento internacional logrado y al endurecimiento de las sanciones económicas, estas todavía no son determinantes para definir la puja de poder con un gobierno que también cuenta con apoyos en la comunidad de naciones. La paradiplomacia de Guaidó no deja de plantear desafíos institucionales inéditos a organismos como las Naciones Unidas, el FMI y el Banco Mundial que, sin embargo, han reconocido la existencia de la emergencia humanitaria.