NEGOCIOS
Acuerdos Comerciales. El 2 de marzo finalizó en Asunción una nueva ronda de negociaciones entre el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Unión Europea (UE). No lograron avances concretos en ninguna de las áreas problemáticas. El entendimiento logrado en el comercio de carnes se diluyó por la exigencia europea de acceso a los mercados lácteos latinoamericanos. Desde el bloque latinoamericano se propuso permitir el ingreso de ciertos productos lácteos no producidos en el continente y se descartó cualquier negociación sobre leches procesadas. Desde la Unión Europea consideraron insuficiente la propuesta. Normas de origen y propiedad intelectual tampoco tuvieron propuestas superadoras. A pesar de las declaraciones optimistas de los representantes por el futuro del tratado, no se pautó ninguna nueva ronda en el corto plazo.
El acuerdo entre el MERCOSUR y la UE sigue trabado luego de que finalizara el 2 de marzo la ronda de negociaciones llevada a cabo en Asunción, Paraguay. Una vez más son tres capítulos los que separan a las partes. El primero es el de comercio de bienes. El MERCOSUR se ha negado a abrir su industria láctea, condición impuesta por la UE para permitir el ingreso de una cuota de carne bovina mayor. En ese sentido, el bloque latinoamericano propuso permitir el ingreso de ciertos productos no producidos en el continente (ciertos tipos de quesos) pero se negó rotundamente a abrir el mercado de leches procesadas. Sin esta concesión, la propuesta europea de una cuota de carne bovina de 99.000 toneladas, exigencia del MERCOSUR en rondas previas, podría caerse.
En segundo lugar, subsistieron problemáticas respecto a las reglas de origen. La UE continúa solicitando que se acepten las Denominaciones de Origen (DO) y las Indicaciones Geográficas (IG). Estos parámetros asegurarían que ciertos productos latinoamericanos no puedan utilizar ciertos nombres los cuales quedarían de manera exclusiva para los productos europeos. Al mismo tiempo el bloque europeo pretende imponer la “cláusula de salvaguarda” que permite a los países signatarios aplicar de manera individual suspensiones a las importaciones de determinados productos cuando se comprueba que, por una cuestión de precios y valores de ingreso están produciendo un daño irreversible a los productos locales. El MERCOSUR se opone a todo ello.
Finalmente, encontramos la temática de la propiedad intelectual. Desde la UE se buscan normativas que regulen y defiendan más fuertemente las patentes y los secretos comerciales de las empresas que queden incorporadas en el acuerdo. Pero el Mercosur considera que ello estimula la creación de monopolios productivos en manos de grandes corporaciones.
Proximos Pasos:
A pesar del optimismo post negociaciones mostrado por los cancilleres, el futuro del acuerdo es incierto. No se estableció fecha para una nueva ronda de negociaciones. Solo se aseguró que se continuarán las charlas por medios digitales y que la firma podría darse en las próximas semanas.
De no llegarse a un acuerdo en dichas comunicaciones digitales, el panorama del acuerdo se ennegrece. Las elecciones en Paraguay y Brasil serán un nuevo factor de incertidumbre. En primer término, porque los oficialismos salientes podrían no querer aprobar un tratado de tal magnitud por el costo político. En segundo término, porque los nuevos oficialismos vencedores podrían no considerarlo una prioridad en sus gestiones.