Presentaron en la Asamblea Nacional de Panamá una iniciativa que busca crear un nuevo impuesto selectivo al consumo de bebidas azucaradas y energéticas del 8% sobre su precio, ya sean importadas o de producción nacional. Así también, establece que la obligación de este impuesto se paga al momento de la compra de la bebida azucarada, ya sea en supermercados, abarroterías o distribuidores en general. La iniciativa no es avalada por los empresarios y trabajadores de la industria manufacturera.

En la exposición de motivos, los diputados sustentan que la ley tiene por objetivo promover un estilo de vida saludable enfocado en una alimentación que asegure un óptimo estado nutricional y concienciar sobre las consecuencias del consumo de azúcar. Sin embargo, la iniciativa no es avalada por los empresarios y trabajadores de la industria manufacturera.

El presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Severo Sousa, afirmó que este no es el mejor momento para aplicar un impuesto porque no será asumido por la industria, sino trasladado al consumidor.

Michael Morales, presidente del Sindicato de Industriales de Panamá (SIP), coincide con Sousa y agregó que esta medida afecta a una industria que viene en decadencia en los últimos años.

Expresó que la industria en general se ha ido mermando año tras año, aunque en 2017 hubo una pequeña mejoría, pero en términos generales, la situación del sector es grave. A juicio de Morales, este es otro reto que tendrá que enfrentar la industria de manera innecesaria e inoportuna.